Fotografías y Publicaciones Románicas. Javier Ocaña : Iglesias románicas en el Alto Campóo. Palencia. 1ª Parte

EL MARCO GEOGRÁFICO

Está delimitado por las cuencas del río Carrión, que nace en Fuentes Carrionas, y del Pisuerga que lo hace justo al lado. Mucho más adelante el Carrión se convertirá en afluente del Pisuerga. Ambos vierten sus aguas hacia los Picos de Europa castellanos, no al Cantábrico. Es lugar de cumbres montañosas y comienzo de Alta Meseta.

El límite de la provincia de Palencia significa la división de la cordillera Cantábrica y la separación de Castilla y Cantabria. Será un relieve agreste de gran altitud, que culmina en Peña Prieta (2530 mts), donde nace el rio Carrión y de Peña Labra (2006), donde nace el Pisuerga, con el paso del puerto de Piedras Luengas (1355) en el medio. Es una geografía rotunda, de magníficas cotas altas de inestimable belleza. Sobrecoge su recorrido plagado de desfiladeros, valles, y cumbres que denotan la dureza del paisaje y del clima. En invierno es una experiencia magnífica pasar esos puertos con neveros de dos metros de altura a los lados,

Desde el puerto de Piedrasluengas la geografía se desploma violentamente hacia la costa cántabra, pasando antes por el magnífico valle de La Liébana, donde vivió Beato. En el límite contrario, hacia la frontera castellana es el comienzo de la meseta superior. Es una zona geográfica muy amplia, enmarcada por los Montes de León, los Picos de Europa, las sierras del Sistema Ibérico, y la meseta superior castellana. El territorio habitable está siempre entre los 1200 mts y los 900 de las primeras bajadas hacia la meseta por causa del rigor del clima, que impide cultivos, y dificulta mucho la vida en invierno, con abundantes nieves que producen incomunicaciones. Es una extensión de un cuadrado de hacia 60 klmts de lado, que nos permite acercarnos a un tipo de románico montañés.

Esas zonas cercanas a los Picos de Europa son de clima frío, pocos cultivos, extremado verdor y poco habitadas. Pese a todo son de una gran densidad de población y densidad demográfica, que los tiempos han ido mermando, como en cualquier lugar de España. Las poblaciones importantes son Cervera de Pisuerga y Aguilar de Campóo. De antiguo, nudos de comunicación que unen Cervera por el norte con la Liébana, por el oeste con las comarcas de León, por el sur con Carrión y Palencia, por el este con Aguilar. Está esta población comunicada por el norte con Santander, por el oeste con Cervera y la Liébana, por el sur con Palencia, y por el este con Burgos.

Han sido siempre caminos antiguos que posibilitaron el asentamiento poblacional y el desarrollo de su hábitat. Después existen infinidad de pueblos pequeños, con un reparto geográfico en la presencia de núcleos de población muy reducidos. Así ha sido desde los tiempos del románico, y por eso las comunidades necesitaban culto, y levantaban pequeñas iglesias donde realizarlo. Mejorará el hábitat hacia las tierras de Aguilar y más hacia el sur, en Herrera de Pisuerga. La propia orografía de alta montaña creó pequeños valles: Ojeda, Boedo, Cervera, La Pernía, Moarves, Aguilar. Donde se alojaron las poblaciones. En los más al norte, la propia geografía proporciona, por su agreste condición, la acumulación de aguas con embalses o lagunas naturales, que hermosean el paisaje y abastecen a los pueblos.

EL TERRITORIO HISTÓRICO

Dentro de las características generales de la Reconquista pertenece la zona estudiada al pequeño territorio hispano que se había salvado en gran manera de la invasión masiva de los árabes en el año 711. Es un territorio incorporado al reino de Asturias, entendido por tal, toda la zona costera norte, aunque el dominio real árabe sobre el territorio se redujera en la práctica a la actual Asturias. No era mucho, pero lo suficiente como para constituirse en reino, y albergar a los últimos resistentes y habitantes desplazados hacia el norte.

La tenacidad de estos naturales y emigrados, más la división de los musulmanes, fue lo que provocó la Reconquista. En el siglo IX, la ocupación cristiana y repoblación por Alfonso II el Casto asegura y amplía la zona norte de su territorio, aunque bastante insegura por las razias musulmanas que impiden la organización del territorio, y la repoblación hasta principios del siglo IX. Son los momentos de los avances iniciales que ya no tienen marcha atrás en la ocupación de comarcas más allá de la frontera natural asturiana. Ciertamente que se hace por etapas y por reyes concretos, pero lo definitivo es que es una Reconquista en marcha que afecta a todas las tierras del norte de España, aunque en unos lugares se avance más que en otros.

En la segunda mitad del siglo IX Ordoño I hace llegar la repoblación hasta Amaya, dando mayor seguridad al flanco nordeste, que comienza a fortificar la zona del desfiladero de Pancorbo, Amaya, Oca con castillos defensivos que han de dar el nombre después a esa tierra de Castilla. En el año 852 la repoblación alcanza Frómista e Itero del Castillo, en pleno Camino de Santiago y muy alejado del norte palentino. En el siglo X se produce la consolidación definitiva de la frontera con Alfonso III el Magno, que repuebla las tierras del Duero, y da amparo definitivo al norte. Esas zonas forman parte de la corona astur y astur-leonesa, con intentos fallidos de apropiación al principio del conde castellano Fernán González en la parte más oriental, la futura Castilla que se independizará del reino astur-leonés en el año 960. Ello daría una realidad histórica de más tendencia castellana que asturiana de las tierras del norte de Palencia. La corona astur-leonesa controlaba mejor la parte occidental: Asturias, Galicia, cuenca del Duero de su reino, que la oriental. A la muerte del conde, en el año 970, el norte de los campos palentinos está ya bajo la influencia del Conde de Castilla.

En el siglo XI Vermudo III pierde definitivamente para la corona astur-leonesa el control de esas tierras. Sucede en la época de Sancho III el Mayor (1004-1035) de Navarra, que hace avanzar grandemente los territorios en la zona oriental de España. Más tarde, por matrimonio, obtiene el control de la Castilla oriental su hijo Fernando I (1035-1065), que hereda Castilla e incorpora León también por razones matrimoniales.

Francisco Javier Ocaña Eiroa