10/8/19

Los instrumentos del Pórtico de la Gloria: fluencias e influencias

La designación del título quiere ajustarse a una realidad muy compleja, cual es, la de determinar los campos estructurales de los instrumentos musicales que se pueden observar en las figuras de los 24 ancianos del Apocalipsis del Pórtico de  la Gloria, y a partir de ahí, reconocer esas características en instrumentos similares, o parecidos, en otras geografías, con independencia de sus cronologías, que no aportamos por no ser una capítulo dedicado a las mismas, sino a las formas que esos instrumentos fueron aportando a la historia de la organología medieval, en cualquiera de sus formulaciones físicas, utilizando como base de nuestro hacer lo patente en el Pórtico de la Gloria, como fluencia de otros lugares, o influencia para otras elaboraciones.  

Hace ya mucho tiempo que nadie pone en duda que los instrumentos musicales del Pórtico de la Gloria son reales, y no una figuración de quien los esculpieron. La rotunda opinión del P. Calo, una de las figuras más brillantes de la música medieval, así lo ratifica: “El Maestro Mateo se limitó a copiar - con una perfección asombrosa, sí, pero a copiar - instrumentos reales que él tuvo delante”. Por otra parte el Códice Calixtino (ca. 1140-60) habla de los muchos instrumentos que se podían ver en manos de quienes, de todas las tierras, acudían a rendir culto al apóstol Santiago: "Unos tocan cítaras, otros liras, otros tímpa­nos, otros flautas, caramillos, trompetas, arpas, violas, ruedas británicas o galas, otros cantando con cítaras, otros cantando acom­pañados de diversos instrumentos, pasan la noche en vela...". Es de sentido común que, tan gran muestra de organología estaba presente en el ámbito compostelano de la catedral, y que un artista de la época, como el maestro Mateo, que dio luz a esos instrumentos en la etapa de construcción de esa feliz portada (1168-1188), tuviera a su disposición la observación de todos ellos,  con sus diferentes partes y características, y no necesitara fantasear para ponerlos en manos de las 24 ancianos del Apocalipsis del Pórtico de la Gloria.

Que las cosas son así de ciertas lo justifican las fotografías del capítulo, que muestran las características principales de cada instrumento. En el caso de las violas ovales son elementos comunes: la forma oval del instrumento, un mástil corto, variada existencia de cuerdas, clavijero con claridad de huecos para pasar las cuerdas y atarlas por detrás (también por delante), huecos sonoros diferenciados, cordal evidente con diferencias en los dibujos, pieza finalizadora que sujeta el cordal y une las partes laterales de la viola. Datos que se dan en todos los instrumentos con diferencias mínimas, pero que establecen una clara familia, que en unos casos son influencia del Pórtico de la Gloria, y en otros fluencia del mundo juglaresco, donde se utilizaban este tipo de instrumentos.

En cuanto a las violas en 8, participan en casi todo de las características de las ovales, excepto la figuración en forma de 8 de la caja armónica, manifestada por la tapa y las bandas laterales. Existe una distribución y cantidad diferente de los huecos sonoros, siendo más numerosos en las en 8, algunos de muy poca abertura. El resto de las formas se mantiene en la familia de las violas ovales, con un mástil reducido, variedad de cuerdas, que en el Pórtico ya no se atan por la parte baja del instrumento, y hace se hace ver al no haber huecos de intrusión de las cuerdas. Siguen claros el puente, el cordal con los agujeros de sujeción de las cuerdas, la pieza final que sujeta el cordal al instrumento, los clavijeros diferenciados.

En cuanto a este tipo de violas en el Pórtico de la Gloria, hay que hacer referencia una interesante en cuanto a la perfección y minuciosidad con que el artista reprodujo los detalles que había visto en los instrumentos reales. Se trata de un pequeño resalte que existe al final del clavijero en una de las tres violes existentes en el Pórtico de la Gloria. Siempre se había obviado, o creído, que era una excrecencia de la piedra, o acumulación de suciedad, que la había hecho sobresalir. Cuando hemos tenido la oportunidad de subirnos a los andamios de restauración, henos podido comprobar que se extiende a todo lo largo del mástil, en la misma dimensión de profundidad y altura, llegando a la conclusión de que se trata de una cejía, que hacía variar el sonido de las cuerdas, actuando como un segundo puente. Es el caso del anciano que mostramos en la fotografía de este apartado. Lo que demuestra lo exacto de la reproducción, que quiso adaptarse a lo visto por el artista en un modelo concreto. No será este el único ejemplo de perfección y realidad existente, veremos también cómo los ancianos de los salterios verticales y de las arpas sostienen llaves de afinar, los de los salterios verticales con plectros de ejecución de las cuerdas, y un anciano que porta un arpa, una clara llave de afinación.

Los laúdes son piezas menores, con formas ovoides, y apenas con decoración. De tal modo que se alejan mucho de la familia de las violas en cuanto a representación de características, que ni siquiera tienen huecos sonoros, estando recubierta la tapa por una fina piel con algún dibujo, de forma que su sonido sería más opaco al no poder penetrar el sonido claramente en la caja armónica y no permitir su resonancia al exterior del mismo modo que lo hacen las violas. De cualquier modo hay que resaltar, en el Pórtico de la Gloria, la ligera inclinación tendida de su clavijero, al modo en que lo hacen los laúdes musulmanes, familia a la que pertenecen y que con diferentes formas ya se podían ver en las ancianos de Los Beatos, donde los instrumentos son verdaderamente musulmanes, con una caja armónica o en forma de pera u ovoide, con un larguísimo mástil, y a su final una clavijero separado y tendido.

El arpa es el rey de los instrumentos de la cuerda percutida, por dimensión y resolución de sonido vibrante. Su antigüedad está constatada en la iconografía de las civilizaciones más antiguas conocidas: en las islas Cícladas, en el centro del mar Egeo, cuya cultura floreció entre los años 3000 y 2000 A. C. Del mismo modo aparece en la cultura sumeria, hacia el año 2500 a. C., en el estandarte de Ur. La cultura egipcia también adoptó su representación en las pinturas murales. Su extensión al mundo occidental fue fácil, a través de Grecia y Roma.

Su representación en el mundo medieval se hace notar, quizás con menos frecuencia que los instrumentos de menor tamaño y más fácil manejo y aprendizaje. En el Pórtico de la Gloria hay dos magníficos ejemplares de una gran belleza u exquisita representación. Su construcción es bastante más compleja que la de las otras familias de cuerda. Consta de un clavijero curvo de gran extensión, donde se instala el anudamiento de las clavijas, y cuya finalización suele ser una cabeza de animal. El mástil es igualmente curvo y largo para dar amplitud suficiente a las cuerdas que se alojan en el espacio interior. La caja armónica es una pieza alargada hueca que se ajusta a los terminales del mástil y el clavijero. En la parte baja estarán los huecos sonoros que permiten la propagación del sonido. Por su parte superior han de entrar las cuerdas, que se sujetan por medio de una especie de una pieza metálica, con una arandela alrededor, para que no dañar la madera,

Al menos esta es la representación de su construcción que se puede apreciar perfectamente en las dos piezas del Pórtico de la Gloria, que se van a repetir en la organología de la época, con diferente fortuna y significación ,así como de volumen. Pero hay en una de ellas un portento de representación de la realidad del instrumento que se aprecia con toda nitidez, si uno tiene la suerte de verlo a la altura de los ojos. Se trata de la pieza afinar que está sosteniendo y ejecutando el anciano 19. Allí se puede ver como introduce la pieza de afinar en una de las clavijas, y empuja de forma ergonómica el elemento para fijar el tono y sonido conveniente. No hay duda, ni de la pieza, ni de su intención dinámica que aplica el anciano. En un viaje particular hallé en unos músicos callejeros, que hacían sonar un gran salterio de mesa, la misma acción a la hora de afinar. Todo representa la certeza de que el artista del Pórtico de la Gloria conocía a la perfección el instrumento que estaba representando, y que incluso podía tener delante para su repetición como copia pétrea.

La familia de los salterios tiene dos representaciones diferenciadas según el modo de ejecución: vertical u horizontal. Ambas están representadas detalladamente en el Pórtico de la Gloria. El de ejecución vertical se sostiene de ese modo para ser percutidas sus cuerdas en ambos lados del instrumento., que las sujeta en la pies del clavijero superior. La caja armónica se realiza por dos estructuras triangulares de madera, con un espacio interno vació que hace de caja armónica o de resonancia. En la parte inferior se sujetan al mástil del mismo modo que se hacía en las arpas. Con respecto al horizontal, se ejecuta con reposo en las rodillas, lo que le permite una menor dimensión, y del mismo modo que el anterior las clavijas sujetan las cuerdas en el clavijero, e igualmente con una caja armónica de dos paneles con agujeros sonoros. En el Pórtico de la Gloria las cuerdas de los dos existentes están percutidas por medio de plectros que se manejan entre los dedos de la mano, al modo que ya se hacía en algunos laúdes musulmanes representados en Los Beatos. En las imágenes que presentamos los salterios varían de forma, e incluso de modo de ejecución, pero no hay duda de su pertenencia, por fluencia o influencia a los vistos en Compostela.

El organistrum es el rey de los instrumentos musicales del Pórtico de la Gloria, como el botafumeiro lo es de los incensarios. Ocupa la parte central del arco, y es manejado por dos instrumentistas, debido a su gran volumen horizontal, donde cada uno se ocupa de una parte concreta del instrumento: la parte mecánica de la rueda, y la articulación de las barras que alteran los sonidos. Su estructura está dividida en dos secciones, la que tiene forma en 8, y un largo mástil donde se alojan los dispositivos que alteran los sonidos de las cuerdas por medio de tiradores exteriores. La primera parte aloja la rueda, donde frotan las cuerdas, el mástil, el  clavijero, y la pieza finalizadora de unión con la caja armónica. En la parte final existe un manubrio, que es el que da impulso a la rueda produciendo un opaco sonido de las cuerdas que sobre ella están, siendo modificado posteriormente por la articulación de las llaves del clavijero. La tapa está muy decorada con bellos huecos sonoros en las dos parte del 8. Las cuerdas se alargan hasta penetrar por dos agujeros para ser atadas en el largo mástil, que tiene una tapa decorada con un motivo de entrelazo. Este instrumento es el más grande de todos los de su familia, y el que ofrece mejor estado de conservación para su estudio organológico. Los demás exhibirán diferencias o copias directas, pero nunca ofrecerán el mismo tipo de maestría constructiva

Francisco Javier Ocaña Eiroa

Nota: Quien quiera conocer más de los instrumentos del Pórtico de la Gloria, lo podrá hacer en este mismo apartado de capítulos románicos con el título: INSTRUMENTOS ROMÁNICOS DEL PÓRTICO DE LA GLORIA, o en la pestaña Maestro Mateo (1168-1188) en los capítulos MATEO 9 y MATEO 10.