19/12/15

Frontal de esmaltes de Silos


La historia del frontal de esmaltes está íntimamente ligada a la historia del monasterio, y de su renovador: Santo Domingo. Monje de San Millán de la Cogolla (La Rioja) expulsado por el rey de Navarra. acogido por Fernando I, rey de Castilla y León, le encarga hacer renacer el monasterio de San Sebastián de Silos, que así se llamaba entonces. Llega en 1041 y muere en 1073. Es enterrado en el claustro, frente a la puerta de la iglesia intra claustrum fratrum, ante portas ecclesia, según cuenta su biógrafo Grimaldo. Más adelante, en 1076 es trasladado al interior, delante de uno de los altares traslatum est corpus sanctissimi viri a sepulcro. En el siglo XII el frontal de su tumba es recubierto por una tabla con esmaltes, que permaneció en el monasterio hasta la Desamortización de Mendizábal (1836-1837) que fue trasladado al museo de Burgos.

La mejor y más autorizada descripción de la pieza ha sido realizada por la historiadora del arte, Ángela Franco Mata, que la relata como sigue:

"El frontal del museo de Burgos ha sido acreedor de una amplísima bibliografía, lógico por cuanto se ha convertido por derecho propio en un chef d'oeuvre de la esmaltería románica.

Compuesto de un considerable número de piezas de cobre, unidas a un alma de madera, el cobre ha sido sometido a diversas técnicas, cincelado, repujado, grabado, horadado para colocar piedras y pastas de vidrio, dorado, vernis brun sobre las hojas de revestimientos en los extremos, y esmaltado con técnica champlevé. Cuenta además con una novedad técnica: el fundido a la cera perdida de las cabezas en bulto redondo, de nota­bles dimensiones, cinceladas e incrustadas en los ojos perlas de vidrio vaciadas en las perforaciones. Evocan las cabezas de los monjes silenses, con una cierta tensión espiritual. La paleta, de colores fríos, es de vibrante intensidad y variada en los cobaltos: azul noche, azul oscuro, azul ultramar, azur, azul-blanco; verdes: esmeralda, verde prado, verde azul, rojo, negro, turquesa, blanco, y la característica ausencia del amarillo.

 El tema iconográfico representado es Cristo en majestad rodeado del Tetramorfos y los apóstoles, seis a cada lado, en pie, simbolizan­do su misión cumplida como difusores del Evangelio, bajo construcciones que evocan la Jerusalén celeste, el paraíso entendido como jardín poblado de flora y animales, diseminados por las columnas, tanto en basas como en fustes y capiteles. Animales fabulosos afron­tados se disponen en plaquitas de la cenefa exterior alternados con cabujones a tresbolillo y perdidos casi en su totalidad, que estable­cen los términos fabulosos de este universo sobrenatural e intempo­ral. El Todopoderoso está entronizado sobre el arco iris, los pies sobre un escabel; bendice y sostiene el libro cerrado.

 Los apóstoles todos barbados con San Pedro y San Pablo a derecha e izquierda de Cristo; los dos imberbes son identificables con Juan y Mateo. En cuanto al que camina con los pies cruzados, tal vez podría identificarse con el apóstol peregrino Santiago el Mayor. Destaca como característica importante el sentido de la individualidad reflejado tanto en los atuendos como en los rostros, así como en los nimbos.

Una serie de elementos, que conviene detallar, ponen de mani­fiesto su origen hispánico. La doble banda horizontal vermiculada, destacada sobre el fondo liso, que sirve de base a las figuras de los apóstoles resaltados en relieve, y la triple banda de la placa de Cristo en majestad derivan indudablemente de las convenciones que conforman los fondos de las ilustraciones de los Beatos. Conviene reseñar que es una modalidad técnica única en el marco europeo, pues tanto en la esmaltería de Limoges como en el resto de Europa los fondos vermiculados llenan toda la superficie de los fondos, y es convención presente en el frontal de San Miguel de Excelsis. 

La gota de esmalte negro en los ojos cuenta con un augusto precedente en azabache nada menos que en el Crucifijo de D. Fernando y doña Sancha, del que deriva sin duda. Es convención que se repite en escultura monumental románica, como en el caso del apostolado de la Cámara Santa de la catedral de Oviedo, posterior a los esmaltes en estudio. Aunque actualmente no tiene corona real, dos orificios a cada lado de la cabeza denuncian su existencia en origen. Peina melena partida en dos y afecta un rostro de expresión dura. 

Las arquerías que cobijan los apóstoles repiten convenciones arquitectó­nicas talladas en capiteles, como los de la catedral de Pamplona, así como las de manuscritos, de clara estirpe bizantina. Los animales fantásticos con las colas enrolladas en un follaje rematado en palmetas y largo cuello, diseminados por parejas en las plaquitas, repiten las figuras que pueblan capiteles de claustros españoles, de los que el propio de Silos es una demostración palpa­ble de ello."


Ángela Franco Mata



Nota: Existe una réplica del frontal de Silos, realizada en el año 1934 en el taller de esmaltes de los Hermanos Hernández de Vigo





Monasterio de Santo Domingo de Silos. Burgos

 
Claustro románico del monasterio

Frontal de esmaltes de la tumba de Santo Domingo de Silos. Largo: 2,30 cm. Alto: 70 cm. Museo de Burgos.



Cristo en majestad. Tetramorfos y Apóstoles

Cristo en majestad y Tetramorfos (las cuatro formas de los evangelistas)









Hombre. Símbolo del evangelista Mateo



Águila. Símbolo del evangelista Juan



León. Símbolo del evangelista Marcos



Toro. Símbolo del evangelista Lucas



Apóstoles


Apóstoles


























































Réplica realizada en el año 1934 en el taller de esmaltes de los Hermanos Hernández de Vigo


Arriba: frontal original. Abajo: réplica