23/11/15

Códices iluminados. Beato de Fernando y Sancha



El Arte Románico no sólo derrochó talento y esplendor en la construcción y decoración de sus iglesias, sino que reflejó también su belleza en los libros iluminados por los copistas e iluminadores de los monasterios. Los había para toda celebración litúrgica e instrucción. Unos estaban destinados directamente a las funciones rituales, como Biblias y Evangeliarios. Otros a la instrucción de los monjes.

Entre estos últimos podemos reconocer a los que modernamente se reconocen como Beatos, por ser una asignación específica a un nombre propio y una comarca, (Beato de) la Liébana, como posible inductor de una reconocida familia de libros iluminados, que comenzó en la Alta Edad Media, pero que tuvo pleno desarrollo en la época del Arte Románico, configurando una de las mayores glorias de la historia del arte hispano, digna de ser reconocida como Patrimonio de la Humanidad. Beato es nombre medieval de varón, el masculino de Beatriz que pasó a nuestra onomástica como Beatriz, mientras que el de Beato quedó sin uso. Fue un personaje histórico que vivió como monje en un monasterio de la comarca asturiana medieval de los valles de la Liébana, hoy perteneciente a Cantabria, como lo atestiguan diferentes fuentes documentales. Escribió en el año 785 un libro, El Apologético, en contra del arzobispo de Toledo defendiendo la paternidad carnal de Cristo, y no por adopción, como reclamaba su opositor Elipando. Se la atribuye también la confección hacia el año 776 de uno de los libros más famosos de la Edad Media española, Comentarios al Apocalipsis de San Juan, en el que desgrana instrucción y comentarios al famoso tratado del profeta.

El libro está compuesto de una serie de piezas, no en todos los Beatos igual, aunque sean unitarios en la posesión de las más importantes, como es la presencia continua del Comentario, y otras afines. Todos están escritos sobre pergamino en dos columnas con iluminaciones a un cuarto de página, página entera y doble página. Para   exponer sus comentarios al texto del título se utilizan en forma de sentencias breves diversos autores de la literatura eclesiástica antigua, como: Jerónimo, Agustín, Ambrosio, Eulogio, Gregorio Magno, Apringio, Isidoro, Ticonio, Ireneo, entre otros. 
     
             Pero la fama no la ganó Beato y su libro por la avidez en refundir y comentar textos anteriores, que vendría a ser una obra de profunda transformación espiritual, de edificación y elevación moral, sino por las iluminaciones que acompañaban a dichas explicaciones. La primera edición del Comentario, hoy inexistente, debió ver la luz en el año 776, Sería el primer Beato conocido que llevaría ya las iluminaciones que después sirvieron de copia a los demás. El tiempo haría que pasase a otros monasterios, y por la atracción de las pinturas, sumada a la utilidad del texto, fuese copiado en numerosas ocasiones respetando en lo posible el texto y reproduciendo las iluminaciones del primer manuscrito con la distinta habilidad y capacidad de los iluminadores que se atenían al modelo original, pero adaptándose al momento de su reproducción, de ahí que podamos hablar de Beatos de estirpe mozárabe, románica y protogótica.  Hoy se guardan, enteros, o en partes, 25 ejemplares que adquieren indistintamente el nombre del monasterio donde se copió, del donante, del copista, o el lugar de su actual pertenencia y reposo. Así podemos hablar del Beato de Fernando y Sancha (promotores) o Facundo (copista), o Biblioteca Nacional de Madrid (asentamiento) para el mismo ejemplar, del Beato de Londres o de Silos, del Beato Morgan o de San Miguel de la Escalada, del Beato de Valcavado o de Valladolid, etc.

Resulta extraño que un lugar tan apartado de la geografía y del cosmopolitismo cultural pudiera ser el receptáculo de pinturas tan hermosas. Al principio no estaban enmarcadas y no tendrían fondos de colores. Después aparecerían con un enorme colorido de tonos fuertes en bandas paralelas. Llama poderosamente la atención la eliminación de toda sugerencia de volumen o ilusión espacial, por el  predominio de la línea y el color. Se desarrollan con prioridad absoluta de la figuración plana e intensidad colorista, que se reproducen en los aproximadamente 300 folios de los libros mejor conservados, en los que habría unas 100 iluminaciones. La plástica se somete a la habilidad del iluminador para dar figuraciones diferentes del mismo modelo, que varían mucho desde los primeros a los últimos.

Las iluminaciones se atenían directamente a los párrafos del texto de San Juan, que Beato después comentaba según su conocimiento y saber. Las pinturas no refieren más que lo que el profeta tuvo como visión, representando un testimonio gráfico de lo por él relatado. Se realizó tal labor en forma de comic, con expresiones comunes y claras de los elementos textuales, con frases escritas que todavía pudieran aclarar más la relación del texto profético y la iluminación.

Resulta imposible extenderse más en las explicaciones debido a lo complicado del asunto y las infinitas posibilidades de los distintos comentarios y pinturas, por lo que vamos a ceñirnos a la exposición de las pinturas del Beato de Fernando y Sancho, promotores de la obra, también llamado Facundo por el nombre de su iluminador, copiado en el año 1047, o de la Biblioteca Nacional de Madrid, actual asentamiento, y que es representativo del modelo de los Beatos románicos. Tiene 313 folios con 98 miniaturas. Su cronología se cifra en el año 1047. El origen está documentado en la ciudad de León, en el Scriptorium Real de San Juan.

Francisco Javier Ocaña Eiroa


















Valle de la Liébana, donde vivió Beato.Cantabria



Monasterio de Santo Toribio, donde probablemente vivió Beato. Liébana


Cruz de inicio


El alfa





El evangelista Marcos






Ángel y evangelista Mateo



Genealogía de Abraham









Anunciación





El ángel de Éfeso y Juan


 
El ángel de Sardes y Juan


El templo abierto y la bestia








Visión del anciano de cabellos blancos













Visión del Cordero, tetramorfos y ancianos














El dragón, la bestia y el falso profeta










Mapamundi




Adán y Eva en el Paraíso del mapamundi




El arca de Noé






Los cuatro jinetes


Planificación de la página y resolución







Planificación del dibujo y resolución










La zorra y el gallo



Visión de Dios entronizado, ancianos y mar de vidrio








Visión de los caballos fantásticos








El blanco ejército de Dios


 







El quinto ángel toca la trompeta





El séptimo ángel derrama su copa




Teofanía y mensaje a Juan




Las cuatro bestias de Daniel




Daniel en el foso de los leones




El dragón de las siete cabezas




El asedio de Jerusalén





La caída de Babilonia



El ángel sobre el sol y las almas







La Jerusalén que desciende del cielo