El museo del Prado muestra una exposición de
piezas atribuidas al Maestro Mateo, en una de las rotondas de la planta
principal, entre las fechas del 29 de noviembre del año 2016 hasta el 26 de
marzo del año 2017. La mayoría de ellas pertenecen a la desaparecida fachada
oeste de la catedral de Santiago, realizada por el citado maestro, aunque hay
alguna otra que no se corresponde con esa ubicación. La concusión de la
catedral románica de Santiago fue posible gracias a que el rey de León Fernando
II encomendó al Maestro Mateo, en los últimos días de febrero de 1168, que se
hiciese cargo de las obras hasta su terminación, por ello recibiría un generoso
sueldo vitalicio. Al aceptar el encargo real la construcción catedralicia no
sólo distaba de una terminación inmediata, sino que los problemas constructivos
eran muy complejos no sólo por los usos a los que debía de dar respuesta
adecuada, sino por otros entre los que no era el menor la orografía del
terreno. En consecuencia, el Maestro Mateo tenía que concluir las naves de la
catedral, proyectar una cripta que sirviera de basamento al Pórtico de la
Gloria, la fachada occidental del templo y, finalmente, crear un coro pétreo,
que ocupó los primeros tramos de la nave mayor catedralicia, para los usos
litúrgicos propios del cabildo compostelano. Aunque el documento de donación de
Fernando II está fechado el 23 de febrero de 1168 la consagración de la
catedral, una vez concluida, no tuvo lugar hasta el 23 de abril de 1211.
La
fachada occidental de la catedral permanecía siempre abierta, seguramente
porque el acceso por ella era inusual y a través de la cripta, y todavía en
1520 carecía de puertas de madera. Entonces el cabildo catedralicio decidió
colocarlas y para ello fue necesario derribar las puertas medievales. De ellas
proceden las ocho estatuas-columna que exhibe el Museo del Pardo, de Madrid,
hasta finales de marzo de 2017, a las que se suma una excepcional cabeza de una
novena figura, perdida. La exposición se completa con otros elementos de la
antigua fachada: fragmentos de un rosetón y dovelas que por su iconografía
parecen haber pertenecido a la puerta sur. Finalmente, la exposición se
completa con dos magníficas piezas procedentes del derruido coro pétreo que el
maestro Mateo y su taller labraron y colocaron en los primeros tramos de la
nave mayor catedralicia, donde permaneció hasta los primeros años del siglo
XVII, fecha en la que fue sustituido por otro de madera adecuado a las
disposiciones emanadas del Concilio de Trento.
Es
la primera exposición que, con carácter monográfico, se dedica al maestro Mateo
y a su taller, ya que la amplitud de la obra realizada en la catedral de
Santiago hizo imprescindible la existencia de un taller en el que trabajaban
artistas de diferente valía, como ponen de manifiesto las piezas expuestas en
el Museo del Prado. Todas se deben al genio creador de Mateo en cuanto a sus
iconografías, no siempre indudables, sino también en cuanto a su ejecución
técnica. La posibilidad de apreciar esta labor de taller es, desde luego, una
de las aportaciones de la breve y selecta exposición que comento en estas
breves líneas introductorias de una excelente selección de fotografías del
ámbito en el que estuvieron las imágenes y piezas ahora expuestas de manera
conjunta por primera y, quizá, única ocasión.
La
exposición se distribuye en dos salas del Museo del Prado. En la primera se
encuentra la recomposición de una parte del gran rosetón que coronaba el cuerpo
central de la catedral, como se ve en el dibujo de mediados del siglo XVII de
la autoría del canónigo Vega y Verdugo. A su lado, el pergamino original en el
que el rey Fernando II vincula al maestro Mateo a las obras de la catedral
compostelana hasta el final de sus días y de manera exclusiva. Finalmente,
cierran esta primera sala dos dovelas, seguramente procedentes de la portada
sur de la fachada medieval, en las que se representa de manera explícita el
castigo que recibirán los lujuriosos en el momento del Juicio Final.
En
la segunda sala se encuentran todas las estatuas-columna de la antigua fachada
occidental que se conocen en la actualidad. Todas representan a personajes del
Antiguo Testamento: reyes y profetas. Los primeros, David y Salomón, tienen una
identificación segura y son piezas de especial valor escultórico que es
deseable que se integren en el Museo Catedral colocándose en la escalinata del
Obradoiro unas réplicas. Dos, que estuvieron situadas en las jambas, pertenecen
al Museo de Pontevedra, representan a sendos profetas y su calidad escultórica
es muy destacable. Finalmente, las tres figuras restantes también representan a
profetas, tienen gran fuerza expresiva y monumentalidad, aunque fueron
esculpidas por diferentes autores. Las dos sedentes pertenecen a una colección
privada; la tercera, fue gozosamente encontrada en un recóndito lugar de la
catedral el día que se presentó la actual exposición por lo que es la primera
ocasión que se exhibe. Completa este grupo una magnífica cabeza de excepcional
calidad escultórica que a pesar de haberla publicado hace casi veinte años es
la primera ocasión en que se expone ya que pertenece a una colección privada.
No
se puede entender la totalidad de la obra de maestro Mateo y su taller sin la
presencia de otros restos de su fachada occidental, representados por el
precioso fragmento de rosetón, el “espejo grande” de los documentos antiguos
ni, por supuesto, el coro pétreo. De él se exponen dos de sus mejores piezas:
el evangelista san Mateo, que escribe su texto sobre un pequeño pupitre apoyado
en sus rodillas; y los caballos del cortejo de los Reyes Magos que estuvo
colocado junto al arco de la puerta del trascoro, donde se representaba una
adoración de los Magos. Su naturalismo, delicadeza de talla y restos de
policromía lo hacen equiparable a otras obras europeas del 1200.
Maestro
Mateo y su taller fueron no los epígonos del románico, sino los precursores de
una nueva manera de entender la vida, la religión y el arte.
Doctor Ramón Yzquierdo Perrín
Catedrático de Historia del Arte Antiguo y
Medieval
Universidad de A Coruña – Galicia – España
Nota: En este mismo blog existen cuatro
reportajes fotográficos sobre la obra del Maestro Mateo en la catedral de
Santiago. Llevan por título: EL CORO DEL MAESTRO MATEO, LOS INSTRUMENTOS
MUSICALES DEL PÓRTICO DE LA GLORIA, APÓSTOLES Y PROFETAS, LA PUERTA SANTA DE LA
CATEDRAL DE SANTIAGO. Pueden encontrarse pulsando sus iniciales en la pestaña
ETIQUETAS, en la parte derecha de la pantalla de inicio del blog.
Del mismo modo, y en este mismo blog, el
profesor Ramón Yzquierdo Perrín ha escrito la mejor y más reciente biografía
estilística sobre el Maestro Mateo, al igual que un detallado artículo sobre
las obras de finalización de la catedral de Santiago realizadas por Mateo y sus
talleres. Ambas obras se pueden encontrar en la pestaña COLABORACIONES
FOTOGRÁFICAS, en la parte derecha de la pantalla de inicio.
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