La Iglesia. Es una de las más importantes
en Castilla y León, así como del mundo medieval hispano. Construida para
solemnizar el lugar donde la tradición señalaba el martirio de los santos
Vicente, Sabina y Cristeta. Está situada fuera de la muralla, frente a la puerta
de San Vicente, que lleva su nombre. Fue un proceso muy ambicioso con
diferencias de materiales y artistas, que se demoró en exceso por concebir un
proyecto superior a los medios disponibles. No hay documentación sobre su
proceso constructivo, aunque el comienzo se atribuye a Raimundo de Borgoña.
Todos citan un parón de obras en el año 1109, lo que significa que había una
edificación en marcha. Ha sufrido una radical restauración de Ripollés y
Vargas, y de otros arquitectos del siglo XX, más grandes reparaciones y
transformaciones. La cabecera está determinada por la irregularidad del
terreno, que procura la construcción de una cripta. Tiene tres ábsides
semicirculares. Llama la atención la enorme altura y esbeltez de los ábsides,
con columnas muy ligeras que arrancan desde el suelo, guardando un equilibrio
perfecto estético y decorativo. La puerta oeste, es al
principal. Tiene un diseño y estructura perfectamente normal dentro del tipo de
gran iglesia y de su cronología. Se trata de un gran vano lleno de arquivoltas,
con una imposta corrida superior, dos tímpanos en el tímpano principal de la
puerta, con un parteluz que provoca dos entradas iguales, con escultura de
inmensa riqueza en las jambas. El interior. De tres naves de arcos ojivales.
Los pilares cruciformes separan las naves con distintas bóvedas: aristas en las
laterales, crucería en la central. El resultado final es un inmensa y
hermosísima iglesia. La planta es de una enorme
longitud, 66 mts de largo por 40,50 de largo crucero, y 17 de ancho, con un
crucero muy sobresaliente, donde se va instalar la obra del cenotafio que vamos
a estudiar.
El cenotafio de los santos
Vicente, Sabina y Cristeta. Es un gran monumento funerario, con estructura
arquitectónica y escultórica, ya gótica. Está situado a la entrada del brazo
derecho del crucero, bajo el arco toral del lado de la Epístola, cobijado por
un baldaquino que se edificó en el año 1470, independientemente de la obra del
mausoleo. Es uno de los cenotafios románicos mejor conservados, con una iconografía
muy importante. Está formado por un arca rectangular de piedra policromada, con
cubierta a dos vertientes con decoración de escamas. Debajo se coloca una
plataforma con arquería lobulada, que se sustente en columnillas dobles con
fustes decorados de estrías, espirales y entrelazos. En ese cuerpo se instalan
figuras de diferente condición. Lo capiteles están tallados con hojas de
acanto. Al llegar a los ángulos se forman grupos de columnas cuádruples con
dobles figuras de apóstoles, bajo arquillos y castilletes. En el lado corto hay
representaciones de carácter evangélico. La urna, o arca, está decorada con
escenas del martirio de los santos en el frontal, y la parte posterior, y en
los laterales la representación del Pantocrátor con parte del Tetramorfos, y en
el otro lado la adoración de los reyes. La historia de los santos es como
sigue. Eran hermanos, de Talavera. A principios del siglo IV, durante la
persecución de Diocleciano, y por orden del pretor Daciano, sufrieron martirio.
La causa fue negarse a firmar un documento en el que debían reconocer haber
ofrecido sacrificios a los dioses romanos. De las amenazas dela autoridad se
pasa al martirio, condenando a Vicente a muerte. Lo meten en la cárcel en
espera de que se cumpla la sentencia. Allí es visitado por sus dos hermanas,
donde les confirma su decisión de ser fiel a Cristo. Ellas le sugieren la
posibilidad de una fuga. La escapada se realiza, pero los soldados romanos las
encuentran en la cercana Ávila, donde los tres son martirizados, en el año 304.
Esa es la historia del cenotafio. Un clásico en la exaltación de la negativa a
la apostasía, recordatorio de un pasado de persecuciones, y la fijación de la
importancia de la fe, con el culto a los mártires de la dominación romana. La
tradición dice que los cuerpos fueron depositados en el hueco de una roca,
edificándose posteriormente sobre ese lugar una iglesia, hasta su traslado al
monasterio de San Pedro de Arlanza en el año 1062. Hubo un nuevo traslado en el
año 1835 a la ccolegiata de San Cosme y San Damián de Covarrubias. Después
estuvieron en la capilla de las reliquias de la catedral de Burgos. Al final
volvieron a su primer lugar de veneración, la basílica de San Vicente de Ávila,
dentro de unas urnas en altar mayor.
Escenas del lado norte. San
Vicente es delatado y maniatado ante el pretor Daciano, que se encuentra
sentado, y con corona real. El santo es llevado a la prisión, donde deja la
huella de su pie, que simboliza la firmeza de su fe cristiana. Es visitado por
sus hermanas, que le piden que huya de allí. Se denuncia a las santas ante el
pretor, el cual manda su persecución. En la primera escena un soldado le tiende
a otro las riendas del caballo. En la segunda escena los tres hermanos huyen a
caballo. Las figuras de este lateral se presentan todas vestidas con un sentido
naturalista. El pretor, a pesar de estar representado dos veces, no repite el
gesto. Cuando ordena la prisión de San Vicente, lo hace con una actitud
imperativa, y sim embargo parece preocupado, o indeciso, cuando manda la
detención de las hermanas. Los atuendos de los soldados se corresponden
perfectamente con la vestimenta medieval. La ternura y admiración de las
hermanas está perfectamente reflejada. La parte baja está compuesta por una
serie de arcos polilobuulados, con escenas intermedias de figuras encerradas en
arcos, como las de los monjes que escriben y leen. Los arcos están sostenidos
por vistosos capiteles corintios de talla corta, sobre columnas entorchadas y
de otras decoraciones. En las esquinas aparecen parejas de apóstoles.
Escenas del lado sur. Los verdugos desnudan
a los tres hermanos arrastrándolos por los cabellos. Son martirizados atados en
el potro en forma de aspa. Siguen con el martirio aplastando sus cabezas entre
maderos, y sobre ellos dos ángeles conducen sus almas en un lienzo hacia la
mano de Dios, que los bendice. Una gran serpiente sale entre los cuerpos de los
santos y se enrosca en el cuello del delator que suplica el perdón divino.
Convertido el judío delator, es él quien entierra los cadáveres delos mártires
en el lugar donde según la tradición él mismo construyó la primitiva iglesia.
La escena con mayor originalidad es la anterior al martirio, donde el maestro
escultor representó a los tres hermanos desnudos. El santo, en el centro, cubierto
con un paño en la cintura, una hermana totalmente desnuda. La otra tiene los
brazos y la cara ocultas por la túnica, de la que un soldado la está
despojando. Los cuerpos de las santas se inclinan simétricamente a ambos lados
de su hermano, formando uno de los más bellos relieves de la escultura del
momento en la península. El martirio del potro movible muestra la mecánica de
los tormentos de la época. El ejemplo combinado de la Dextera Domini con la
Elevatio Animae es un hito importante de la combinación de dos iconografías
simbólicas en una sola.
Frontal oeste. Está ocupado por una
gran Maiestas Domini con los símbolos de dos evangelistas, sostenidos por una
columna con atlante. Cristo ces una soberbia imagen instalada en una mandorla
quebrada, bendiciendo con la mano derecha, y portando un libro en la izquierda.
Tiene una enorme perfección de rasgos y vestiduras, con pliegues muy ordenados.
Los animales muestran posiciones muy dinámicas, con resoluciones escultóricas
de alto nivel. Faltan dos animales, que pudieran alojarse en la parte superior,
aunque la armonía del conjunto quizás no lo permitiese. El atlante que sostiene
el conjunto es un prodigio escultórico de equilibrio, no sólo por su
originalidad, sino también por la forma dinámica en que se representa.
Frontal este. Se
representa en él la Epifanía de los Reyes. Son tres escenas, con los reyes en
camino, la recomendación de no visitar de nuevo a Herodes en su regreso, y la
Epifanía. Resulta una magnífica muestra de la imagen epifánica con José
dormido. Los arcos del ángel anunciador presumen una cronología tardía. Las representaciones
de caras, vestimentas y facciones, son de inigualable calidad. Lo cierto es que
el conjunto nada tiene que ver con el estilo románico, sino con el gótico.
Autor.
Desconocido, aunque se supone que era de origen francés, quizás de la Borgoña,
ya que su escultura deja entrever cierta relación con las imágenes de los
apóstoles del pórtico de la basílica de Vézelay.
Restauración. A
principios del siglo XXI se llevó a cabo una restauración, que incluyó la
recuperación de la policromía perdida, más bien tapada por los sucesivos
repintados a los que había estado sometido el cenotafio, junto con el
baldaquino, a través de los años. Fueron reparados y devueltos los colores
originales que tuvo cuando se ejecutó el baldaquino en el siglo XV.
Francisco Javier Ocaña Eiroa
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San Vicente de Ávila. Cabecera |
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San Vicente de Ávila. Puerta oeste |
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San Vicente de Ávila. Interior |
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Planta de San Vicente de Ávila,y lugar de ubicación del cenotafio, en rojo |
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Cenotafio |
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Lado norte |
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Juicio de San Vicente |
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San Vicente enviado a la cárcel |
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Visita de las hermanas de San Vicente |
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Noticia al pretor de la fuga de los santos |
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Persecución de los soldados |
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Huida a caballo de los santos |
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Apóstoles esquinales |
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Columnas, arcos y figuras de monjes |
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Detalle |
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Detalle |
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Lado sur |
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Preparación del martirio de los santos |
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Martirio en el cepo de aspas |
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Enterramiento de los santos |
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Arrepentimiento del judío delator |
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Instalación de los sepulcros en la nueva iglesia |
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Columnas, capiteles, arcos y figuras |
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Detalle |
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Detalle |
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Lado oeste |
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Maiestas Domini, Tetramorfos y atlante |
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Maiestas Domini y Tetramorfos |
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Atlante y arcos |
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Maiestas Domini |
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Maiestas Domini |
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Lado este |
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Epifanía |
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Epifanía |
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Epifanía |
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María y Jesús |
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Arcos |
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Reyes en camino, y reyes durmientes |
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Restauración |
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